Anécdota: ~Todo por un antojo~
මTODO POR UN ANTOJOම
Anécdota (original) hecha por Alexsandra Andrea Hernández Trujillo N.L. 17
Anécdota (original) hecha por Alexsandra Andrea Hernández Trujillo N.L. 17
Recuerdo cuando estaba en primer semestre junto con mis amigos Brisa y Eduardo; acababa de a concluir la clase cuando de repente a los tres se no antojó una bolsa de frituras, más específicamente unos Takis.
Los tres pensamos que el maestro de habilidades iba a tardar en venir al salón, así que no animamos y fuimos caminando tranquilamente hacia la cafetería, nos acercamos al mostrador y pedimos nuestras frituras, enseguida nos la dieron, pagamos y regresamos caminando.
Cuando estábamos a la mitad del patio nos dimos cuenta que el maestro estaba ingresando al salón, al ver esto corrimos con todas nuestras fuerzas, pero al final no pudimos llegar y el maestro nos cerró la puerta.
Estábamos muy preocupados esperando en la puerta, cuando de repente esta se abrió dejando salir a todos nuestros compañeros que se dirigían al salón de computo; rápidamente tomamos nuestras cosas e igual nos dirigimos al salón de computo. Para nuestra suerte nos dejó pasar y no tuvimos falta, pero tuvimos que andar preguntando a nuestros compañeros que era lo que les había explicado. Desde entonces no salimos entre clases a menos que sea muy necesario.
මTODO POR UN ANTOJOම
Anécdota (corregida) hecha por Alexsandra Andrea Hernández Trujillo N.L. 17
Anécdota (corregida) hecha por Alexsandra Andrea Hernández Trujillo N.L. 17
Recuerdo cuando estaba en primer semestre junto con mis amigos Brisa y Eduardo; acababa de a concluir la clase cuando de repente a los tres se no antojó una bolsa de frituras, específicamente unos Takis.
Los tres pensamos que el maestro de habilidades iba a tardar en venir al salón, así que no animamos y fuimos caminando tranquilamente hacia la cafetería, nos acercamos al mostrador y pedimos nuestras frituras, enseguida nos la dieron, pagamos y regresamos caminando.
Cuando estábamos a la mitad del patio nos dimos cuenta que el maestro estaba ingresando al salón, al ver esto corrimos con todas nuestras fuerzas, pero al final no pudimos llegar y el maestro nos cerró la puerta.
Estábamos muy preocupados esperando en la puerta, cuando de repente esta se abrió dejando salir a todos nuestros compañeros que se dirigían al salón de computo; rápidamente tomamos nuestras cosas e igual nos dirigimos al salón de computo. Para nuestra suerte nos dejó pasar y no tuvimos falta, pero tuvimos que andar preguntando a nuestros compañeros que era lo que les había explicado. Desde entonces no salimos entre clases a menos que sea muy necesario.
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